viernes, 9 de enero de 2009

INFORMES RIOSUCEÑOS



Riosuceños disgustados con el “pobre Diablo”

Quemaron al Diablo original. A muchos asistentes del Carnaval no les gustó la figura central dela fiesta, porque argumente que tenía cara de gato. La rumba se extendió hasta el amanecer. Furor.

Victoria Pérez
Redactora/LA PATRIA
Manizales

“Quémenlo, porque ese gato no sirvió”, este fue uno de la muchas porras que los riosuceños lanzaron el pasado miércoles con la quema de la figura del Carnaval. Viudas, flores y dolientes desfilaron por las calles del municipio despidiendo a quien prende la fiesta cada dos años y endiabla al pueblo durante seis días de furor.
El ritual comienza a las 10: 00 p.m. cuando el totumo con chicha se entierra a un lado de la Plaza, después viene la leída del testamento y posteriormente se quema el Diablo. A diferencia de versiones anteriores, este año la figura original se puso en la candela, ya que tradicionalmente se incinera una réplica.
No gustó el personaje central de la fiesta. Antes de despedirlo, los asistentes a la Plaza la Candelaria gritaban: “Nos metieron gato por Diablo”, “quémenlo, quémenlo”. Usualmente, este ritual se hace en forma de velorio y después de que sólo quedan cenizas del hombre de los infiernos la gente se desplaza hacia sus casas, los establecimientos cierran y las viudas hacen su duelo. Sin embargo la fiesta se extendió hasta la madrugada del jueves posiblemente porque despedir al “Felino” como denominaron los riosuceños a este Diablo no fue motivo de luto, si no de petición colectiva porque ese gato no sirvió.
Ni el aguacero de la medianoche que como es costumbre cae cuando el Carnaval cierra espantó a los fiesteros. Lo inusual es que la rumba no se prendió con música, quizá porque el protocolo del duelo no lo permitía.

Opiniones expertas
Sulma Victoria Sahara, cuadrillera
Para nosotros la figura del Carnaval es fiestera, alegre y bonachona, este año el Diablo fue famélico, peludo, no tiene nada que ver con el Diablo, sexuado, gordo y bonachón, que permita el abrazo. El abrazo nos lo tuvimos que dar los riosuceños por el Diablo que llevamos dentro.

Sara Trejos, cuadrillera
Fue un excelente Carnaval, hubo muchos visitantes, destaco el desfile de cuadrillas y lo exitoso de todo, excepto el lunar que fue el Diablo. No reunió los requisitos para ser la figura central del Carnaval. Estuvo muy parecido a un gatico, es decir, no es el hombre tradicional imponente que nos invita a participar de la fiesta y a transgredir la norma, fue un pobre Diablo.

Opiniones de los asistentes al Carnaval

Ligia Amparo Hernández, ama de casa
No quedó nada bonito ese Diablo, parecía un gato.

Amparo Restrepo, comerciante
Esa platica se perdió, porque no estamos acostumbrados a un gato sino a un Diablo.

Juliana Betancur, visitante de Bogotá
Es la primera vez que vengo al Carnaval, pero me dijeron que los Diablos anteriores habían sido mejores, la verdad tenía cara de gato. Todo lo demás estuvo excelente.

Luz Ramírez, comerciante
El color, estaba peludo, parecía un gato, definitivamente no nos gustó.

Paulo Silva, empleado
Fue un Diablo muy felino, no siguió la tradición, estaba muy bonito el cuerpo, pero la cara un poco descontextualizada.

Daniela Oviedo, estudiante
Para nada, no me gustó no era el Diablo que conocemos.

Olga Ramírez, Ingeniera Electricista
La calidad de los materiales no era la apropiada y la representación de la figura del Diablo tiene que ser un rey de las tinieblas, debe tener lujos y los materiales que utilizaron estaban de muy mala calidad. En el primer aguacero se desbarató íntegro.







Por JHON CARLOS LARGO - 09/01/2009 08:34:10 p.m.
LASTIMOSAMENTE LA FIGURA REPRESENTATIVA DE NUESTRO CARNAVAL, PARA ESTA OCASIÓN, ESTUVO FUERA DE CONTEXTO, INVITAMOS ANUESTROS AMIGOS ORGANIZADORES DE ESTA MAGNA FIESTA A TENER EN CUENTA EL DESCONTENTO GENERAL DE LOS RIOSUCEÑOS Y FORANEOS FRENTE A LA FIGURA DE DIABLO DE ESTA VERSION DEL CARNAVAL, PARA QUE SE RECUPERE ESTE SIMBOLO DE GRANDEZA Y FORTALEZA, TRADICONAL DEL PUEBLO RIOSUCEÑO.

Por Pereirano - 09/01/2009 12:31:26 p.m.
A mi me parecio muy chevere

Por LANZAFUEGOS - 09/01/2009 11:57:06 a.m.
La verdad!!!estuve hace dos años, tambien estuve la semana pasada. pero el diablo de esta temporada nada que ver con el diablo, la verdad le hizo falta originalidad...ojala que los Guapacha, las Motatto C,los Largo,los Bueno,los Hernandez,los Chaguala,Los Guependo,Los Tunubala,los Tapascos,los Torrijos y hasta los Lizcano, se pongan las pilas a no dejar caer esta Insigne figura cultural de Caldas y la Nación ah y si se me paso por alto el Apellido de otras familias amigas mias me disculpan, nos vemos en 2 calendarios..si Dios quiere...
Por Baldomero - 09/01/2009 11:34:04 a.m.
Que frustración...nos sentimos en el Carnaval del Gato...ni foto le tomamos.






Diablo del Carnaval de Riosucio (Caldas) no gustó y lo quemaron con todo y cachos
Foto: Ricardo Vejarano / EL TIEMPO
Con todo y cachos fue quemado el Diablo del Carnaval de Riosucio debido a la inconformidad de los habitantes de este municipio.
Desde el mismo sábado 3 que desfiló dando inicio formal al Carnaval, se generó una polémica y, contrario a los últimos años que se ha guardado la imagen, esta vez fue quemado.
Sus ojos brillaban en la oscuridad y su pelaje gris y trompa le daba un aire entre gato, ratón o cuzumbo. Algunos lo consideraron muy feo y otros que no tenía relación con la tradicional imagen del Carnaval de Riosucio. Por la polémica, el diablo fue condenado a la hoguera.
"Que no vuelvan a presentar al pueblo un diablo tan desfigurado de lo que debe ser su imagen real: la exteriorización de un alma juguetona, india, pícara y no la de gato con alas", es el comentario que escribió Antonio, un habitante de Riosucio.
"Ese diablo es muy feo, ese asusta y no como otros, que es irónico", comentó otro habitante.
Este año, la imagen, de unos 5,5 metros de alto y 400 kilos de peso, fue realizada por una firma de Pereira. La idea era que tuviera forma de jaguar, retomando la mitología indígena, pero el resultado fue otro.
Álvaro Gartner, coordinador de comunicaciones del Carnaval de Riosucio -a los habitantes de este municipio caldense de 48.000 habitantes no les gusta que le llamen Carnaval del Diablo- reconoce que terminado el desfile inaugural, se originaron comentarios en contra y cierto malestar, por lo que la figura original fue quemada.
"Desde 1979, con la utilización de acrílico en la representación, se hace una imagen similar que se quema y se guarda la figura que desfiló, en particular la cabeza", dice.
En la Casa del Carnaval, una especie de museo de estas fiestas, reposan unas seis máscaras o rostros del diablo.
Por eso, el miércoles luego del desfile del Calabazo -una procesión fúnebre por la muerte de la imagen del Carnaval- ante la polémica, el diablo se fue a los infiernos y fue quemado con todo y cachos.
El carnaval se realiza cada dos años -año impar- en los primeros días de enero. Con ocasión de las fiestas, centenares de riosuceños residentes en otras ciudades o países retornan al municipio y se integran en un desfile de colonias, con murgas y disfraces.
El diseño y elaboración de la imagen del diablo es uno de los secretos mejor guardados. Su desfile es uno de los eventos centrales y recorre el municipio acompañado de una cofradía satánica -habitantes vestidos de diablo, armados con tridentes- que se encarga de proteger la 'bestia'.
El guarapo -a la usanza indígena- es la bebida tradicional y el último día, horas previas a la quema del diablo, se entierra el calabazo con guarapo.
Con la ceremonia de la quema del diablo, que esta vez se realizó el miércoles 7 a las 10:30 de la noche en la plaza de Candelaria -la plaza indígena- finalizan las fiestas. Esta vez no quedó ni un cacho del diablo para guardar en la Casa del Carnaval.
PEREIRA.








































































































2 comentarios:

Tatiana Salazar Jiménez dijo...

Sólo digo que el o los que escribieron esos comunicados deberían fijarse un poco más en su gramática y ortografía, ya que sus escritos no inspiran mucho respeto debido a las debilidades en dichos puntos.

CONTADOR2007 dijo...

Filosofía Carnavalesca


“Navegar en la hostil crítica de los lagos es despreciar la magnitud de lo océanos y caer en la mediocridad, afirman prosistas como Vargas Vila al hacer apología del inmenso Ramón del Valle Inclán. El silencio del pensador es una traición a la verdad, porque debe copiosamente de la verdad y tiene que decirla al mundo”

Aunque por modestia debo atribuir el fracaso de las comparasas infantiles y la entrada del gato no por el desfile (sino por el Diablo), como uno de los eventos más importantes del Carnaval de Riosucio, los que hacemos parte del Carnaval, decimos que se roben la plata de las corralejas, la plata de los espectáculos pero no la del símbolo central de nuestras fiesta Carnavalesca el Diablo y sobre todo que apoyen las comparasas infantiles, interpretamos con suma claridad las malévolas intenciones de varios personajes de la Junta del Carnaval.

Para nadie es un secreto, la maquiavélica manipulación impuesta por varios lustros al interior de la Junta del Carnaval, por parte de varias familias tradicionales de nuestro pueblo, que le han permitido sostenerse durante muchos lapsos de años al frente o haciendo parte de la junta.

Hablar de la Republica Carnavalesca es sinónimo de malos manejos, de mentiras y de engaños, que por fortuna están uniendo a un pueblo en el momento indicado para revocarlos y darle paso a una nueva generación de ideas para el Carnaval.

A través de la noción de posibilidad el hombre hace suya una determinada relación con el rostro inacabado de la realidad, con su precariedad, con sus cambios y con sus acontecimientos y el Carnaval de Riosucio es una manifestación de ello. Una lectura de Aristóteles y de Leibniz nos permite entender que esto no sucede así porque lo posible introduzca en la realidad actual, fija y necesaria un cierto grado de indeterminación pura. Al contrario: lo posible se ofrece como bisagra del inacabamiento de lo real porque permite determinar, es decir, pensar y tratar, el devenir y su incertidumbre. Decir el cambio y sostenerse en él es instituir el orden abierto de la contingencia, un orden abierto en el que conocer, explicar, acumular, mejorar, aprender, construir...

La determinación de lo posible es entonces la que aporta un modelo cuyas pautas y criterios permiten pensar, justificar y transitar lo incierto, mutable y perenne. Es el modelo que, arrancándola de los designios de la eternidad, hace de la contingencia un mundo para el hombre. Visto así, instalarse en lo inacabado es a la vez dibujar un mundo; pautarlo, fundamentarlo y justificarlo hasta el punto de que este mundo destierra la invención o creación de otros mundos. El orden de lo posible acaba proponiéndose, paradójicamente, como la cartografía de un mundo que no puede ser otro, no porque sea ontológicamente necesario, sino porque está dotado de un orden incuestionable, fundamentado en la racionalidad propia de lo posible. Instituir el orden abierto de la contingencia es afianzar, en última instancia, los cimientos de una contingencia irrevocable.

Esta paradoja encuentra su caso más extremo en Leibniz, el pensador de los infinitos mundos posibles. Su filosofía, que se abre con el gesto radical de poner la infinitud de lo posible como ley, medida y fundamento de lo real, conduce, a través de una camino riguroso y arquitectónicamente muy bien construido, a la conclusión de que el hombre está en un mundo sin alternativa; que forma parte, por tanto, de una contingencia que ni de hecho ni de derecho podría ser otra. El propio desencadenamiento del juego de lo posible (el cálculo exhaustivo de sus relaciones, disyunciones y conjuntos de composibilidad; la emisión de una elección y la realización de la mejor posibilidad) es lo que asegura como único e indiscutible el dibujo del mundo existente. El juego de lo posible es así un juego de racionalidad y de legitimidad, la ley de un orden único en el que convergen todas las singularidades, hasta sus accidentes más ínfimos; en definitiva, un pozo de razones, la fuente de justificación de lo que hay un Carnaval y una posibilidad de ingresos. Todos los posibles confirman un mismo mundo. La contingencia irrevocable con la que Leibniz afianza y defiende lo existente es, así, la que corresponde a un mundo cargado de razones. Y es que éste es precisamente el problema que atraviesa el pensamiento de Leibniz y su confrontación con lo posible: el de la justificación de un universo infinito y oscuro, justificación que debe abrir las puertas al desarrollo del conocimiento y de la ciencia y que, en su aspecto teológico, debe conducir a la celebración gozosa e inteligente de la obra de Dios y a los cambios de generaciones para que se construya la nueva historia. La irrevocabilidad de lo contingente no es entonces una condena sino que se propone, precisamente, como un camino de salvación.

La pregunta que se nos plantea a partir de aquí es: ¿en qué sentido puede valer hoy la idea de una contingencia irrevocable para entender la relación que se establece entre lo posible y lo real? Una cosa parece evidente: en esta realidad de múltiples caras que podríamos llamar "el mundo de hoy", no hay nada que esté investido de una necesidad absoluta pero al mismo tiempo se experimenta, con descarnada claridad, que nada puede ser de otra manera. El mundo aparece hinchado de posibles, pero nosotros no podemos nada. Si ésta es la experiencia que tenemos de la irrevocabilidad de la contingencia, está claro que no aparece vinculada al problema de la justificación. El problema del mundo no es hoy su oscuridad, sino la obviedad con la que cada acontecimiento proclama, una vez tras otra, "esto es lo que hay". No hace falta entonces reconstruir el argumento por el cual todo lo posible confirma un mismo mundo. Esta reiterada confirmación es el punto de partida. Ya no es la inteligencia a la que aspira el pensamiento, sino la estupidez a la que deberá enfrentarse.

El problema de lo posible aparece entonces bajo una luz totalmente nueva. No puede formularse en términos de argumentos y contra-argumentos, porque lo posible no es el pozo de razones de un mundo por explicar. Es la cartografía de una realidad que lo pone todo a la vista. El mundo ha asesinado a sus dioses y ha demolido sus fundamentos. "Todo lo posible pero sólo lo posible" no puede servir entonces de ley, medida y fundamento de lo real. Lo que articula el orden abierto de esta contingencia igualmente irrevocable es la afirmación "todo es y se ha hecho posible", la articulación incontestable e inapelable de la obviedad. Las pautas y criterios de lo posible, su modelo de racionalidad y de legitimidad, han hecho cuerpo con la realidad del mundo. Articulan la falsa transparencia de lo que hay.

Abordar hoy el problema de una nueva generación de personajes en la Junta del Carnaval de lo posible significa preguntarse por esta nueva lógica de confirmación con la que lo posible dibuja un mundo, un solo mundo. Por eso hay que abandonar algunos falsos problemas, que sólo consiguen distraer al pensamiento y hundirlo en la impotencia. Buscar la delimitación de lo posible y lo imposible, preguntar si hay o no hay posibles, argumentar en favor de unos determinados posibles contra otros, o sopesar mundos alternativos son algunas de las cuestiones en las que resulta engañoso entrar. Demostrar que algo es posible o imposible no puede si no conducir al reconocimiento ya sea de un orden formal, ya sea de un estado de cosas; el argumento a favor o en contra de determinados posibles es redundante en un mundo que no necesita exhibir sus razones; finalmente, vincular lo posible a la idea de un mundo otro es encuadrar la cuestión en una falsa y reductora oposición entre lo real y lo posible, que despotencia toda la problemática. Y es que el problema de lo posible no es reconducible a la pregunta por su existencia, sus contenidos o su delimitación. Leibniz necesitaba argumentar que la infinitud de lo posible confirma lo que hay. Para nosotros, éste es el verdadero problema que lo posible nos plantea: los posibles no se han agotado; los posibles no necesitan ser demostrados; los posibles deben ser interrogados porque confirman una misma realidad.













ALEXANDER ALARCON ALZATE
RIOSUCEÑO Y CIUDADANO
UNIDOS POR LA TIERRA QUE QUEREMOS, MI RIOSUCIO DEL ALMA